Una de mis cosas favoritas para hacer es tomar notas sobre lecciones de un área de mi vida o un tema que me interese y luego aplicar esta lección a diferentes situaciones cotidianas. Jiu-jitsu ha sido eso para mí, un microcosmos de experiencias. Lo que sigue a continuación son tres pequeños apuntes que tomé después de una clase con mi profesor Víctor Caramujo:
Entre las diferentes herramientas y recursos de un luchador de jiu-jitsu se encuentran el conjunto de posiciones y movimientos que es capaz de realizar para defenderse, obtener el control del oponente y finalmente llegar a la sumisión.
Es importante recordar que, como en la vida, siempre habrá situaciones en las que no haya una solución práctica y rápida, por lo que será necesaria una adaptación. Puedes pensar en cada posición como una frase en el lenguaje jiu-jitsu. Si domina lo más básico, podrá ampliar su comprensión de manera más efectiva.
Una postura es una especie de paso a paso, y su comprensión debe ir acompañada de la adaptación a tu cuerpo. Sin embargo, si tus respuestas a los problemas siempre están predefinidas, nunca progresarás, nunca te desubicarás, porque el oponente y las condiciones no siempre serán las mismas para todas y cada una de las situaciones.